Por: Alondra Camacho
James Wan inició la saga de El Conjuro en el año 2013 sin esperar que fuera una de las sagas más rentables del género, con su talento para contar historias de terror y causar pesadillas de noche y tras haber creado Saw, empezó a contar la historia de Ed y Lorraine Warren, unos de los parapsicólogos más famosos del mundo por llevar casos aterradores y controversiales entre la iglesia y medios de comunicación.
La primera película engloba la esencia de lo que será el universo que se establece, poniendo a Valak como la arista principal en el desarrollo de la saga, causando conflictos en el pasado y presente (dentro de la historia) persiguiendo a Lorraine de principio a fin.
James Wan desde un inicio tuvo claro que Ed y Lorraine eran un equipo, no solo en el trabajo, también como pareja y a pesar de los terribles casos que enfrentaban siempre estuvieron el uno para el otro y la última película es la clara demostración de eso, dónde el amor no solo se refleja como pareja, se ve en el amor hacia su hija y el amor que tiene su hija hacia su prometido.
Por eso considero que El rito 4 no refleja una historia de fantasmas y demonios, es una película que refleja la unión de la familia y las pasiones.
Si bien, para ver esta última entrega no es necesario saber el contexto de todo el universo, pero ayudará a saber de dónde vienen los demonios y fantasmas que se mencionan y algunos de los casos anteriores de la pareja.