Pedro Almodóvar nos cuenta el reencuentro de dos amigas, Martha e Ingrid, ambas tuvieron vidas completamente diferentes, New York las vio unirse y separarse, hasta que un día Ingrid se entera de que Martha tiene cáncer. Esto la lleva a buscarla, volviéndose cercanas nuevamente y pasando tiempo juntas. Martha le pide a Ingrid que la acompañe en sus últimos días en una casa de campo, hasta que ella decida tomarse una pastilla en forma de eutanasia y acabar su vida sin dolor.
A lo largo de este relato, Almodóvar nos presenta opiniones que causan un cuestionamiento moral en el espectador, sin ser el punto central de la trama, pero a fin de cuentas, estando presentes todo el tiempo, ya sea a través de diálogos o de forma extradiegética. Es una historia sobre la amistad y la apreciación de los momentos pequeños pero hermosos de la vida, esos que te impulsan a seguir día con día.
Es la primera película de este director en la que, además de ser su primer largometraje completamente hablado en inglés, también no se siente tan suyo, es una mezcla de los clásicos colores intensos que usa, con un estilo nostálgico parecido al de Woody Allen. Estamos viviendo los nuevos años 20’s, donde podemos notar la nostalgia de los artistas en sus obras, se lucha por mantenerse vigente a través de lo clásico, pero re inventadose a un nivel personal con cada obra.